Creo haber comentado que mi
encuentro con las “Sagradas Escrituras” inició en el Catolicismo Romano. De
chavito obviamente realizaron conmigo una serie de ritos, que ni pedí ni
acepté, y que solo por ser tradición uno debe sufrir. El bautizo, la confirmación,
la primera comunión antecedida por unos cursos
en los cuales debías aprenderte de memoria un sinnúmero de rezos y actos
que emanaban, según afirmaban de Dios. Sí, tuve que aprenderme de memoria los
diez mandamientos y queque practicarlos. Obviamente como cualquier niño normal,
eso de “amarás a Dios ante de todas las cosas” nunca lo practiqué. Y no creo
que ningún niño sano practique tan aberrante e inhumana sentencia. Por supuesto
que, para mí, era más importante comer, jugar, estar con mi familia, sentirme
protegido, etc. Además ¿quién en su sano juicio puede amar a algo o alguien
cuyo principal requisito es temerle? Es un aspecto que nunca entendí y,
sinceramente lo considero un aspecto por demás peligroso para la salud mental
de cualquier niño. Imagínense amar a quien debes temer. Amar a un Dios
bondadoso que te da la libertad, pero si no obedeces sus mandamientos, pues te
manda al lago de fuego. ¿Qué le enseñamos con esto a un infante? Amar es igual
a temer castigo. A mí parecer se crea una visión sumisa ante la vida.
Además de este mandamiento, que
según los doctos e ilustrados, es lo primero que debemos hacer, se vienen otros
como aquellos de no te harás semejanza de mi de ninguna figura. Y de chavito
pues también me quisieron infundir un poco la veneración a la Virgen de
Guadalupe. Afortunadamente nunca me interesó ese lienzo ni su historia. Y ver a
tanto santo en las iglesias: Santo Lindoro de Tuquemac, que Santa Ponciana de
Sabedonde. Ah, eso sí, todas con su alcancía y para hacer persignaciones y
salutaciones para que intercediera ante ese monstruo celoso que sólo desea la
gloria para sí mismo. Éxodo 20 es un capítulo interesante. Dios es amoroso pero
sólo a los que se les someten. “Ámenme, dobléguense, arrodíllense, obedezcan y
entonces sabré que me aman y serán recompensados”. El valor de nosotros está en
la medida que nos entreguemos a él.
Como les comentaba en mi artículo
“Mi historia en el mormonismo” pues caí en la trampa moral de creer que si algo
me pasaba era fruto de mis pecados. Entendiendo como pecado todo aquello que
trasgrede los designios divinos. Existen, en todas las sectas cristianas
(empezando por la misma secta llamada “cristiana”), la idea que este
pensamiento es fundamental en la vida de los feligreses. En la mañana rezar y agradecer
los alimentos. De noche igual. Los domingos ir a escuchar sermones llenos de
moralidad y de buenas y sanas instrucciones. Durante mi estancia en el
mormonismo estos aspectos son llevados a un punto sumamente exagerado. “Si
realmente amas a Dios, tu primer pensamiento debe ser Dios, luego vendrá la
familia, la falta de alimentos, el trabajo, la pareja” ¿Cuántas personas llevan
a cabo este mandamiento? Me atrevo a decir
que poquísimas. La vida nos carcome y sinceramente yo nunca lo seguí (a
Dios gracias).
Ahora bien que sentimientos
provoca la malsana idea de poner a Dios sobre todas las cosas y no cumplir con
este modus vivendi: la culpa, la depresión, la angustia. De chavito, una vez
hecha la primera comunión te enseñan que eres un ser maligno. Todos nacemos con
el pecado original, en tanto nuestros “primeros padres” se separaron de Dios.
Dichos seres, Adán y Eva, no existieron más allá de cuentos y fábulas. Por
ejemplo, los mormones creen que una vez saliendo del Jardín del edén Adán
levantó un altar para alabar a Dios. De hecho enseñan a las pobres criaturas
que su profeta Smith le fue revelado. Pero cuando la Biblia dice donde estaba
ese Edén, ellos lo colocan en Misuri (https://www.lds.org/manual/primary-5-doctrine-and-covenants-and-church-history/lesson-30-adam-ondi-ahman?lang=spa)
Y leyendo la Biblia dice que estaba cerca de Éufrates. Además ese mentado Edén
jamás se ha encontrado. Supuestamente un ángel lo custodia sin que nadie lo
haya encontrado. Decir que es invisible o que Dios lo quitó de ahí es tan
irracional como creer que el ángel Moroni se llevó las planchas de oro.
¿Qué intento demostrarme? Pues
algo muy simple y que detallaré a continuación. Todas las sectas dicen y
afirman que si deseamos tener una moral debe basarse sobre las sagradas
escrituras (las que se tengan, viejas, nuevas, reveladas, dictadas, etc.) Una
moral sin Dios es, sencillamente, una falsa moral. Un predicador cristiano,
Armando Alducin llega a decir esta barbaridad:
Nótese como el pastor realiza un
racionamiento de por más manipulador y faltó de todo criterio. Tu moral no
sirve, si es una moral humana. La moral real está basada en las enseñanzas de
Dios. Tu moral debe emanar de esa gran sabiduría que sólo ellos pueden llegar a
interpretar, gracias al don del “Espíritu Santo”. Y este don lo tenemos cuando
creemos en Dios, cuando tres tipos, que se creen con poderes celestiales, ponen
las manos en nuestra cabeza, o con cualquier rito mágico que traiga una
palomita con la verdad absoluta. Ahora bien ¿será cierta su afirmación o es más
un juego de manipulación para llenarse los bolsillos de dinero? Yo fui una vez
a verlo y sinceramente creo que Jesucristo se hubiera ido de espaldas al ver el
comercio dentro de su centro de conferencias.
Recordemos que este tipo de
personas creen que la Biblia es la palabra del mismísimo Dios y enumeramos sus
características anteriormente. Así pues leámosla un poco y conozcamos las
enormes lecciones morales de ese maravilloso, trascendental y precioso libro.
Síganme se van a divertir. Colocaré de nueva cuenta ligas a los párrafos del
libro y también a algunas páginas donde se amplían estos comentarios. Así pues
intercalaré también, dentro de mis comentarios lecciones tanto de católicos
como de mormones, que como recordarán, son las dos líneas de teología que
desarrollé de manera personal, la primera en mi infancia; la segunda, en la
adultez.
Para iniciar es de notar que
cualquier religión basa su accionar en los diez mandamientos que Dios le dio a
Moisés en el monte Sinaí. Claro después se realizaron especificaciones precisas
sobre diferentes tópicos, dichos se encuentran bastante detallados en el
Pentateuco. La mayoría de los demás mandamientos e instrucciones han caído en
desuso pues, con la llegada de Jesús suprime la Ley y, convenientemente para
algunos fines, que iremos analizando, algunos quedaron, otros no. La principal
línea de defensa de las sectas es que tú debes creer, aceptar y obedecer. La
alusión a ser una oveja con un pastor es bastante ilustrativa. Este hermoso
animalito se comporta como se desea que lo hagan los miembros y creyentes. La
sola idea de pensar, meditar y cuestionar dichas reglas está prohibida. ¿Por
qué?.... ¡Por qué no! Así de simple y de sencillo. No se vale cuestionar lo que
lees, es un punto esencial para la fe. Debes creer y, si tu cerebro se pone en
marcha, debes frenarlo. Ve con tu guía espiritual como se llame (sacerdote,
pastor, obispo, profeta, apóstol, iluminado) y él te sacará de dudas. Es muy
común escuchar que “la Biblia se debe interpretar con la misma Biblia”
“Necesitas la hermenéutica para comprender los sagrados secretos y enormes
enseñanzas que contienen los libros sagrados” “Debes poseer el espíritu santo
para entender cabalmente la Biblia” Estas frases no son otra cosa que chantajes
para que caigas en el garlito de la fe.
Acerca de estos cambios
seguramente fue un error de Moisés al reescribir el texto. Lo importante son
los deberes y, obviamente sus consecuencias en la moral de nuestra vida.
Utilizaré el orden de Éxodo 20.
1.
No tendrás dioses ajenos
delante de mí
Todos ustedes se van al panteón, ahora el único chancludo soy yo. Atentamente Yavhe
Este primer
mandamiento se da pues este Dios reclama para sí todo. Thor, Zeuz, Quetzalcóatl,
Huitzilochitli, Osiris, Isis, An, Enlil y Enki, Anshur
etc. son despachados de un plumazo. Efectivamente todas las culturas antes de
los hebreos y algunas que se desarrollaron después tenían no uno, sino muchos
dioses. El “avance” de los hebreos fue crear un solo Dios, que es un espíritu.
De hecho todas las religiones enfatizan que este mandamiento se opone también
con cosas materiales: el amor al dinero, a la fama, a las pertenencias. Este
dios debe estar antes que todo, de ahí que otro Dios es rechazado. Pero este
mandamiento se especifica más en Levítico 19:18 “No te vengarás, ni guardarás
rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo
Jehová”
https://www.biblegateway.com/passage/?version=RVR1960&search=Lev%C3%ADtico%2019 De igual manera en Deuteronomio 6: 5 se recalca: “Y
amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus
fuerzas”.
Resulta curioso
que en el sermón de la montaña Jesús dijo: “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu
prójimo, y aborrecerás a tu enemigo”.
Mateo 5: 43
https://www.biblegateway.com/passage/?version=RVR1960&search=Mateo%205 ¿En donde dice eso en el
libro? En ningún lado. Aunque eso sí fue escrito en unos rollos que se
encontraron en las cuevas de Qumra. Una secta de los hebreos refugiados en el
desierto escribió esto. Jesús los cita y desarrolla su mensaje de amor: Mateo
5: 44-48 “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os
maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y
os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que
hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e
injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen
también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente,
¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros
perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (misma liga
anterior) He aquí un pasaje interesante en la Biblia, por vez primera se coloca
al ser humano a la par de Dios pues Jesús afirmó que hacer un bien a una
persona equivalía a hacer el bien a Dios. Ahora bien, ¿a dónde quiero llegar?
Pues muy sencillo, este primer mandamiento es fundamental para hacer que la
gente haga lo que se le dice: no porque sea bueno y agradable para uno mismo;
sino que esas acciones buenas agradan a Dios y por tanto tendrás tu recompensa.
La acción de bondad se desvía de lo más natural que es “no hagas a otro lo que
no quieras que te hagan a ti” o, aún mejor “Haz a otro lo que te gusta a ti”. Las
visiones son diametralmente opuestas. En la primera el amor al prójimo es
primero un acto de amor a Dios para que el te dé su dulce. En la segunda realizas actos buenos, no
para agradar a Dios, sino porque es lo más conveniente para la convivencia. Y
esto es notorio por ejemplo con el Dios chantajista que dice: “Recuerda que yo
te libré de la esclavitud de Egipto” cuando en el libro dice claramente que
intervino en la furia del faraón. Después de una serie de plagas en las que
solo un necio se negaría a dar su brazo a torcer se revela la realidad de la
dureza del corazón del rey de Egipto: “Jehová dijo a Moisés: Entra a la
presencia de Faraón; porque yo he endurecido su corazón…” Éxodo 10:10. https://www.biblegateway.com/passage/?search=%C3%89xodo%2010&version=RVR1960 Éxodo 11: 10 lo reafirma: “…pues Jehová había endurecido el corazón
de Faraón…” https://www.biblegateway.com/passage/?search=%C3%89xodo%2011&version=RVR1960
O sea que fue el
mismo Dios quien estaba detrás de la arrogancia del faraón. En las diferentes
versiones de las traducciones se nota con claridad como este Dios quiere
liberar a su pueblo elegido, pero él, y sólo él, ha intervenido para que el rey
no los dejara partir. ¿Qué propósito tenía? Creo que no hay mayor evidencia:
Dios quiere que le agradezcas todo lo que pasa. El hace que tus penurias sean
fuertes, pero te libra de las mismas. ¿No es paradójico? Más bien es humillante
que este Dios quiera, a base de manipuleos, que le amemos.
Pensando en este
primer y gran mandamiento hemos reconocido una característica de Dios: Celoso y
arrogante, quiere hacer todo y pone piedras y cuando las quita, a expensas del
sufrimiento de inocentes, quiere toda la gloria para él. Éxodo 13: 14 “Jehová
nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre”
Pero repito fue
el mismo Jehová quien puso las condiciones para crear el chantaje. ¿Qué Moisés
no se dio cuenta de ello? No, y si lo hizo debía callar pues es, condición sine
qua non, la obediencia ciega y acrítica. Según leo pasaba en ese tiempo y pasa
ahora.
O sea... calladito te ves más bonito
Young hizo bien cuando discriminaron al negro del sacerdocio
e Smith al tener multitud de esposas....¡ah!
Señor....sí señor.
Ahorita mato a mi hijo para que veas que obediente soy, Señor
Ahora bien, esto
parece intrascendente pero solo a primera vista. El enemigo más peligroso de
esas creencias apenas asoma la nariz. Está agazapado esperando dar su mordedura
fatal, aquella que acabará con nuestros pensamiento y seremos llevados a un
laberinto del que será muy difícil escapar, a menos que uses, no solo tu
sentimiento sino tu razón y lo principal, las evidencias.
2. No
te harás imágenes de mí, no te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo
soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre
los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago
misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
Muy interesante, realmente ilustrativo
Este segundo mandamiento describe
a Dios como se hace notar a lo largo de toda la Biblia: ególatra, celoso,
vengativo y traicionero. En primer lugar el gran momento evolutivo de Dios se
nota al no ser comparado ni venerado con imágenes, tal como se hacía en otras
latitudes. Creo que la evolución de un dios representado en estatuas, imágenes,
esculturas, tallados etc. a uno meramente simbólico es un paso importante en la
construcción de conceptos. A Dios nadie lo puede ver pues, según la Biblia es
espíritu y abarca todo el Universo. Como Dios está en todos lados no puede
racionalmente hablando más que una opción: Estamos dentro de Dios. Me parece
una idea bastante brillante. El Dios mormón por ejemplo pasa de ser ese
espíritu a un ser con huesos y carne que vive cerca de en una lejana estrella
llamada Kolob. Obviamente no existe tal estrella ni el tal Dios, pero resulta
interesante que la evolución puede convertirse en involución de ideas. Y en el
cristianismo es sostenida una idea fantástica: Hay un Dios en tres personas
diferentes. ¿Qué tan brutos eran los hebreos que nunca se dieron cuenta de
ello? No, más bien a lo largo de la historia del pensamiento religioso las
ideas parecen tener que irse amoldando a los cambios constantes de la sociedad.
Efectivamente conforme van apareciendo nuevas formas de interpretar los datos
Dios muta (no sé si con la ayuda de una especie de darwinismo teológico) o a
través del pensamiento humano.
Pero volvamos al mandamiento.
¿Qué es un Dios celoso? Según la RAE es un adjetivo de quien tiene celos
(sospecha de que la persona amada mude su cariño). O bien, es un ser que teme, desconfía y sospecha) Este Dios es un ser muy necesitado de
autobombo, con una enorme necesidad de que la gente se postre ante él (o ella)
y le rinda honores y en un juego perverso de neurosis pone todo su empeño en
que todos le honren. Pero quien ose desafiarlo, no hay problema: al fuego
eterno. Ahí sufrirás por toda la eternidad por no rendirle culto a un ser, a
todas luces, falto de autoestima. Pero nótese como hace misericordia este Dios:
“a los que me aman y guardan mis mandamientos” Es decir: a los que le
temen. ¿Temor y amor son lo mismo? Me imagino la escena donde una mujer oye
llegar al marido borracho, lleno de ira porque su trabajo le ha salido mal y
arremete contra ella, desatando su frustración. No obstante el miedo que le
causó este esposo, la mujer le ama y se siente protegida. Y para muestra vemos
que Dios se comporta de
una manera muy extraña. Una vez que Adán y Eva (que según, ahora, algunas ramas
doctrinales nunca existieron, más por los hallazgos de la ciencia y la
contundencia de los procesos evolutivos en la tierra, que por una aclaración de
la mente a través del espíritu santo) se les dio el libre albedrío. Y cuando
los hombres lo usan sobreviene la ira de Dios y ¡PUM! El diluvio. Vaya ser
perfecto este que hace seres imperfectos y, a sabiendas que son imperfectos, y
que sabe de antemano que la van a “cajetear”, decide exterminarlos con agua
además de seres que ni la debían ni la tenían: los demás animales (seguramente
ellos tenían también pecados que lavar) . Bueno como se sabe esta historia del
diluvio es plagiada de Mesopotamia La versión babilónica de la Epopeya de
Gilgamesh data de entre los Siglos XIII a X a. C. y lleva el título de Sha
naqba īmuru (El que vio la profundidad, o en términos modernos, El que ve lo
desconocido).
Hago aquí un
pequeño alto de un tema que pasa en muchas religiones: el plagio de historias.
Y el mormonismo es clara muestra de ello, bien pudiera ser una forma recurrente
en que se desarrollan las religiones, se toman historias de un lado y se
acomodan en otro. Con la “traducción” de las famosas planchas de oro que, según
le fueron brindadas a los mormones es cosa comprobada que Smith se fusiló muchas
partes de la Biblia del Rey Jaime y las puso en su libro. Las evidencias son
contundentes al comparar que existen textos con ciertas palabras incorporadas
por los traductores y que aparecen en un libro anterior. Como puede verse el
intercambio de narraciones, de plagios es tan antaño como el hombre mismo. ¿Qué
gran lección pueden enseñarse con la Biblia cuando un clérigo aconseja no
copiar en un examen? Un asunto básico en la enseñanza y trasmisión de saberes
es desarrollar la coherencia entre lo dicho y lo hecho.
¿Cuál es la verdadera imagen de la traducción
del Libro del Mormón?
Pero volvamos a
este ser misericordioso y benevolente, creador del universo. Esta historia de Noé
se convierte en perjudicial cuando los
seres humanos, como antaño, describían sus desgracias: derrumbes, tormentas,
sequías, pérdida de familiares, muerte de niños por hambruna, una caída en el
asfalto, una enfermedad incurable, etc. son causadas por ese Dios que, o está
enojado o bien lo hace para poner a prueba tu temple y temperamento como una
especie de oportunidad de mejora. Los mormones se sacan de la manga sus
argumentos, son sencillamente geniales en esto. Si tienes una desgracia es “una
prueba” de Dios para ver como reaccionas. La historia de Abraham demuestra esta
gran falacia. Recordarán como Dios manda a matar a su hijo Isaac.
Y este sujeto
“obedece” a ese Dios lleno de una idolatría hacia la sangre como pocos, y se
apresta a realizarlo. Desde chavo la historia me resulta una verdadera insensatez,
por decirlo más tranquilo. Imagínense en la mente de los niños si pensaran que
ese Dios les solicitara que lo sacrificaran solo para agradar a ese monstruo
espiritual. Cuando escuché a mormones y cristianos diciendo que Abraham había
alcanzado tal elevación espiritual, me sentí profundamente intrigado. ¿Se
imaginan esta sarta de sandeces colocadas en la mente de niños? ¿Es Dios tan
lleno de necesidad de afecto que debe poner esas “pruebas” solo para ver si le
eres fiel? ¿Qué clase de moral enseñan las iglesias? Una muy importante para
crear seres humanos más parecidos a las computadoras: creándoles un software
unidireccional y abyecto. Y las consecuencias de ellos pueden derivarse por
ejemplo en la exclusión de negros del sacerdocio como he reseñado en el primer Artículo
del blog. ¿Qué le hacemos a la mente de los niños? Las pudrimos con ideas
fanáticas y les cerramos sus razonamientos: “Obedece…obedece...obedece… que el
gran Ojo de Dios te ve para que pases la prueba y seas salvo o seas maldecido
por tu falta de fe. Pero claro, Dios te ha dado seres con poderes
sobrenaturales para interpretar correctamente su palabra: pastores, sacerdotes,
clérigos, obispos, papas, profetas, apóstoles quienes una y otra vez tratarán
de enseñarte que “pensar por ti mismo” es nocivo. Te limitarán lecturas (pues
es un peligro para sus bolsillos, digo para la fe).
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