viernes, 1 de mayo de 2015

Transitando hacia una moral sin religión, dejando atrás a una religión sin moral. Parte 1





Creo haber comentado que mi encuentro con las “Sagradas Escrituras” inició en el Catolicismo Romano. De chavito obviamente realizaron conmigo una serie de ritos, que ni pedí ni acepté, y que solo por ser tradición uno debe sufrir. El bautizo, la confirmación, la primera comunión antecedida por unos cursos  en los cuales debías aprenderte de memoria un sinnúmero de rezos y actos que emanaban, según afirmaban de Dios. Sí, tuve que aprenderme de memoria los diez mandamientos y queque practicarlos. Obviamente como cualquier niño normal, eso de “amarás a Dios ante de todas las cosas” nunca lo practiqué. Y no creo que ningún niño sano practique tan aberrante e inhumana sentencia. Por supuesto que, para mí, era más importante comer, jugar, estar con mi familia, sentirme protegido, etc. Además ¿quién en su sano juicio puede amar a algo o alguien cuyo principal requisito es temerle? Es un aspecto que nunca entendí y, sinceramente lo considero un aspecto por demás peligroso para la salud mental de cualquier niño. Imagínense amar a quien debes temer. Amar a un Dios bondadoso que te da la libertad, pero si no obedeces sus mandamientos, pues te manda al lago de fuego. ¿Qué le enseñamos con esto a un infante? Amar es igual a temer castigo. A mí parecer se crea una visión sumisa ante la vida. 



Además de este mandamiento, que según los doctos e ilustrados, es lo primero que debemos hacer, se vienen otros como aquellos de no te harás semejanza de mi de ninguna figura. Y de chavito pues también me quisieron infundir un poco la veneración a la Virgen de Guadalupe. Afortunadamente nunca me interesó ese lienzo ni su historia. Y ver a tanto santo en las iglesias: Santo Lindoro de Tuquemac, que Santa Ponciana de Sabedonde. Ah, eso sí, todas con su alcancía y para hacer persignaciones y salutaciones para que intercediera ante ese monstruo celoso que sólo desea la gloria para sí mismo. Éxodo 20 es un capítulo interesante. Dios es amoroso pero sólo a los que se les someten. “Ámenme, dobléguense, arrodíllense, obedezcan y entonces sabré que me aman y serán recompensados”. El valor de nosotros está en la medida que nos entreguemos a él.

Como les comentaba en mi artículo “Mi historia en el mormonismo” pues caí en la trampa moral de creer que si algo me pasaba era fruto de mis pecados. Entendiendo como pecado todo aquello que trasgrede los designios divinos. Existen, en todas las sectas cristianas (empezando por la misma secta llamada “cristiana”), la idea que este pensamiento es fundamental en la vida de los feligreses. En la mañana rezar y agradecer los alimentos. De noche igual. Los domingos ir a escuchar sermones llenos de moralidad y de buenas y sanas instrucciones. Durante mi estancia en el mormonismo estos aspectos son llevados a un punto sumamente exagerado. “Si realmente amas a Dios, tu primer pensamiento debe ser Dios, luego vendrá la familia, la falta de alimentos, el trabajo, la pareja” ¿Cuántas personas llevan a cabo este mandamiento? Me atrevo a decir  que poquísimas. La vida nos carcome y sinceramente yo nunca lo seguí (a Dios gracias).

Ahora bien que sentimientos provoca la malsana idea de poner a Dios sobre todas las cosas y no cumplir con este modus vivendi: la culpa, la depresión, la angustia. De chavito, una vez hecha la primera comunión te enseñan que eres un ser maligno. Todos nacemos con el pecado original, en tanto nuestros “primeros padres” se separaron de Dios. Dichos seres, Adán y Eva, no existieron más allá de cuentos y fábulas. Por ejemplo, los mormones creen que una vez saliendo del Jardín del edén Adán levantó un altar para alabar a Dios. De hecho enseñan a las pobres criaturas que su profeta Smith le fue revelado. Pero cuando la Biblia dice donde estaba ese Edén, ellos lo colocan en Misuri (https://www.lds.org/manual/primary-5-doctrine-and-covenants-and-church-history/lesson-30-adam-ondi-ahman?lang=spa) Y leyendo la Biblia dice que estaba cerca de Éufrates. Además ese mentado Edén jamás se ha encontrado. Supuestamente un ángel lo custodia sin que nadie lo haya encontrado. Decir que es invisible o que Dios lo quitó de ahí es tan irracional como creer que el ángel Moroni se llevó las planchas de oro. 



¿Qué intento demostrarme? Pues algo muy simple y que detallaré a continuación. Todas las sectas dicen y afirman que si deseamos tener una moral debe basarse sobre las sagradas escrituras (las que se tengan, viejas, nuevas, reveladas, dictadas, etc.) Una moral sin Dios es, sencillamente, una falsa moral. Un predicador cristiano, Armando Alducin llega a decir esta barbaridad:




Nótese como el pastor realiza un racionamiento de por más manipulador y faltó de todo criterio. Tu moral no sirve, si es una moral humana. La moral real está basada en las enseñanzas de Dios. Tu moral debe emanar de esa gran sabiduría que sólo ellos pueden llegar a interpretar, gracias al don del “Espíritu Santo”. Y este don lo tenemos cuando creemos en Dios, cuando tres tipos, que se creen con poderes celestiales, ponen las manos en nuestra cabeza, o con cualquier rito mágico que traiga una palomita con la verdad absoluta. Ahora bien ¿será cierta su afirmación o es más un juego de manipulación para llenarse los bolsillos de dinero? Yo fui una vez a verlo y sinceramente creo que Jesucristo se hubiera ido de espaldas al ver el comercio dentro de su centro de conferencias.

Recordemos que este tipo de personas creen que la Biblia es la palabra del mismísimo Dios y enumeramos sus características anteriormente. Así pues leámosla un poco y conozcamos las enormes lecciones morales de ese maravilloso, trascendental y precioso libro. Síganme se van a divertir. Colocaré de nueva cuenta ligas a los párrafos del libro y también a algunas páginas donde se amplían estos comentarios. Así pues intercalaré también, dentro de mis comentarios lecciones tanto de católicos como de mormones, que como recordarán, son las dos líneas de teología que desarrollé de manera personal, la primera en mi infancia; la segunda, en la adultez.



Para iniciar es de notar que cualquier religión basa su accionar en los diez mandamientos que Dios le dio a Moisés en el monte Sinaí. Claro después se realizaron especificaciones precisas sobre diferentes tópicos, dichos se encuentran bastante detallados en el Pentateuco. La mayoría de los demás mandamientos e instrucciones han caído en desuso pues, con la llegada de Jesús suprime la Ley y, convenientemente para algunos fines, que iremos analizando, algunos quedaron, otros no. La principal línea de defensa de las sectas es que tú debes creer, aceptar y obedecer. La alusión a ser una oveja con un pastor es bastante ilustrativa. Este hermoso animalito se comporta como se desea que lo hagan los miembros y creyentes. La sola idea de pensar, meditar y cuestionar dichas reglas está prohibida. ¿Por qué?.... ¡Por qué no! Así de simple y de sencillo. No se vale cuestionar lo que lees, es un punto esencial para la fe. Debes creer y, si tu cerebro se pone en marcha, debes frenarlo. Ve con tu guía espiritual como se llame (sacerdote, pastor, obispo, profeta, apóstol, iluminado) y él te sacará de dudas. Es muy común escuchar que “la Biblia se debe interpretar con la misma Biblia” “Necesitas la hermenéutica para comprender los sagrados secretos y enormes enseñanzas que contienen los libros sagrados” “Debes poseer el espíritu santo para entender cabalmente la Biblia” Estas frases no son otra cosa que chantajes para que caigas en el garlito de la fe. 



Vayamos enumerando los diez mandamientos dichos se pueden leer en la siguiente liga: https://www.biblegateway.com/passage/?version=RVR1960&search=%C3%89xodo%2020 y hare comentarios de cada uno. Por cierto, si se revisa Deuteronomio 5: 6-21 dichos mandamientos  se repiten pero en un orden un poco diferente.
Acerca de estos cambios seguramente fue un error de Moisés al reescribir el texto. Lo importante son los deberes y, obviamente sus consecuencias en la moral de nuestra vida. Utilizaré el orden de Éxodo 20.


1.       No tendrás dioses ajenos delante de mí


  Todos ustedes se van al panteón, ahora el único chancludo soy yo. Atentamente Yavhe


Este primer mandamiento se da pues este Dios reclama para sí todo. Thor, Zeuz, Quetzalcóatl, Huitzilochitli, Osiris, Isis, An, Enlil y Enki, Anshur etc. son despachados de un plumazo. Efectivamente todas las culturas antes de los hebreos y algunas que se desarrollaron después tenían no uno, sino muchos dioses. El “avance” de los hebreos fue crear un solo Dios, que es un espíritu. De hecho todas las religiones enfatizan que este mandamiento se opone también con cosas materiales: el amor al dinero, a la fama, a las pertenencias. Este dios debe estar antes que todo, de ahí que otro Dios es rechazado. Pero este mandamiento se especifica más en Levítico 19:18 “No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová”
https://www.biblegateway.com/passage/?version=RVR1960&search=Lev%C3%ADtico%2019 De igual manera en Deuteronomio 6: 5 se recalca: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”.

Resulta curioso que en el sermón de la montaña Jesús dijo: “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo”.  Mateo 5: 43
https://www.biblegateway.com/passage/?version=RVR1960&search=Mateo%205  ¿En donde dice eso en el libro? En ningún lado. Aunque eso sí fue escrito en unos rollos que se encontraron en las cuevas de Qumra. Una secta de los hebreos refugiados en el desierto escribió esto. Jesús los cita y desarrolla su mensaje de amor: Mateo 5: 44-48 “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (misma liga anterior) He aquí un pasaje interesante en la Biblia, por vez primera se coloca al ser humano a la par de Dios pues Jesús afirmó que hacer un bien a una persona equivalía a hacer el bien a Dios. Ahora bien, ¿a dónde quiero llegar? Pues muy sencillo, este primer mandamiento es fundamental para hacer que la gente haga lo que se le dice: no porque sea bueno y agradable para uno mismo; sino que esas acciones buenas agradan a Dios y por tanto tendrás tu recompensa. La acción de bondad se desvía de lo más natural que es “no hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti” o, aún mejor “Haz a otro lo que te gusta a ti”. Las visiones son diametralmente opuestas. En la primera el amor al prójimo es primero un acto de amor a Dios para que el te dé su  dulce. En la segunda realizas actos buenos, no para agradar a Dios, sino porque es lo más conveniente para la convivencia. Y esto es notorio por ejemplo con el Dios chantajista que dice: “Recuerda que yo te libré de la esclavitud de Egipto” cuando en el libro dice claramente que intervino en la furia del faraón. Después de una serie de plagas en las que solo un necio se negaría a dar su brazo a torcer se revela la realidad de la dureza del corazón del rey de Egipto: “Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón; porque yo he endurecido su corazón…” Éxodo 10:10. https://www.biblegateway.com/passage/?search=%C3%89xodo%2010&version=RVR1960 Éxodo 11: 10 lo reafirma: “…pues Jehová había endurecido el corazón de Faraón…”  https://www.biblegateway.com/passage/?search=%C3%89xodo%2011&version=RVR1960




O sea que fue el mismo Dios quien estaba detrás de la arrogancia del faraón. En las diferentes versiones de las traducciones se nota con claridad como este Dios quiere liberar a su pueblo elegido, pero él, y sólo él, ha intervenido para que el rey no los dejara partir. ¿Qué propósito tenía? Creo que no hay mayor evidencia: Dios quiere que le agradezcas todo lo que pasa. El hace que tus penurias sean fuertes, pero te libra de las mismas. ¿No es paradójico? Más bien es humillante que este Dios quiera, a base de manipuleos, que le amemos.

Pensando en este primer y gran mandamiento hemos reconocido una característica de Dios: Celoso y arrogante, quiere hacer todo y pone piedras y cuando las quita, a expensas del sufrimiento de inocentes, quiere toda la gloria para él. Éxodo 13: 14 “Jehová nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre”
Pero repito fue el mismo Jehová quien puso las condiciones para crear el chantaje. ¿Qué Moisés no se dio cuenta de ello? No, y si lo hizo debía callar pues es, condición sine qua non, la obediencia ciega y acrítica. Según leo pasaba en ese tiempo y pasa ahora. 


 O sea... calladito te ves más bonito



Young hizo bien cuando discriminaron al negro del sacerdocio
 e Smith al tener multitud de esposas....¡ah!




Señor....sí señor. 
Ahorita mato a mi hijo para que veas que obediente soy, Señor



Ahora bien, esto parece intrascendente pero solo a primera vista. El enemigo más peligroso de esas creencias apenas asoma la nariz. Está agazapado esperando dar su mordedura fatal, aquella que acabará con nuestros pensamiento y seremos llevados a un laberinto del que será muy difícil escapar, a menos que uses, no solo tu sentimiento sino tu razón y lo principal, las evidencias.



2.       No te harás imágenes de mí, no te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.


Muy interesante, realmente ilustrativo




Este segundo mandamiento describe a Dios como se hace notar a lo largo de toda la Biblia: ególatra, celoso, vengativo y traicionero. En primer lugar el gran momento evolutivo de Dios se nota al no ser comparado ni venerado con imágenes, tal como se hacía en otras latitudes. Creo que la evolución de un dios representado en estatuas, imágenes, esculturas, tallados etc. a uno meramente simbólico es un paso importante en la construcción de conceptos. A Dios nadie lo puede ver pues, según la Biblia es espíritu y abarca todo el Universo. Como Dios está en todos lados no puede racionalmente hablando más que una opción: Estamos dentro de Dios. Me parece una idea bastante brillante. El Dios mormón por ejemplo pasa de ser ese espíritu a un ser con huesos y carne que vive cerca de en una lejana estrella llamada Kolob. Obviamente no existe tal estrella ni el tal Dios, pero resulta interesante que la evolución puede convertirse en involución de ideas. Y en el cristianismo es sostenida una idea fantástica: Hay un Dios en tres personas diferentes. ¿Qué tan brutos eran los hebreos que nunca se dieron cuenta de ello? No, más bien a lo largo de la historia del pensamiento religioso las ideas parecen tener que irse amoldando a los cambios constantes de la sociedad. Efectivamente conforme van apareciendo nuevas formas de interpretar los datos Dios muta (no sé si con la ayuda de una especie de darwinismo teológico) o a través del pensamiento humano. 



Pero volvamos al mandamiento. ¿Qué es un Dios celoso? Según la RAE es un adjetivo de quien tiene celos (sospecha de que la persona amada mude su cariño). O bien, es un ser que teme, desconfía y sospecha) Este Dios es un ser muy necesitado de autobombo, con una enorme necesidad de que la gente se postre ante él (o ella) y le rinda honores y en un juego perverso de neurosis pone todo su empeño en que todos le honren. Pero quien ose desafiarlo, no hay problema: al fuego eterno. Ahí sufrirás por toda la eternidad por no rendirle culto a un ser, a todas luces, falto de autoestima. Pero nótese como hace misericordia este Dios: “a los que me aman y guardan mis mandamientos” Es decir: a los que le temen. ¿Temor y amor son lo mismo? Me imagino la escena donde una mujer oye llegar al marido borracho, lleno de ira porque su trabajo le ha salido mal y arremete contra ella, desatando su frustración. No obstante el miedo que le causó este esposo, la mujer le ama y se siente protegida. Y para muestra vemos que Dios  se comporta de una manera muy extraña. Una vez que Adán y Eva (que según, ahora, algunas ramas doctrinales nunca existieron, más por los hallazgos de la ciencia y la contundencia de los procesos evolutivos en la tierra, que por una aclaración de la mente a través del espíritu santo) se les dio el libre albedrío. Y cuando los hombres lo usan sobreviene la ira de Dios y ¡PUM! El diluvio. Vaya ser perfecto este que hace seres imperfectos y, a sabiendas que son imperfectos, y que sabe de antemano que la van a “cajetear”, decide exterminarlos con agua además de seres que ni la debían ni la tenían: los demás animales (seguramente ellos tenían también pecados que lavar) . Bueno como se sabe esta historia del diluvio es plagiada de Mesopotamia La versión babilónica de la Epopeya de Gilgamesh data de entre los Siglos XIII a X a. C. y lleva el título de Sha naqba īmuru (El que vio la profundidad, o en términos modernos, El que ve lo desconocido).



Hago aquí un pequeño alto de un tema que pasa en muchas religiones: el plagio de historias. Y el mormonismo es clara muestra de ello, bien pudiera ser una forma recurrente en que se desarrollan las religiones, se toman historias de un lado y se acomodan en otro. Con la “traducción” de las famosas planchas de oro que, según le fueron brindadas a los mormones es cosa comprobada que Smith se fusiló muchas partes de la Biblia del Rey Jaime y las puso en su libro. Las evidencias son contundentes al comparar que existen textos con ciertas palabras incorporadas por los traductores y que aparecen en un libro anterior. Como puede verse el intercambio de narraciones, de plagios es tan antaño como el hombre mismo. ¿Qué gran lección pueden enseñarse con la Biblia cuando un clérigo aconseja no copiar en un examen? Un asunto básico en la enseñanza y trasmisión de saberes es desarrollar la coherencia entre lo dicho y lo hecho. 


¿Cuál es la verdadera imagen de la traducción
del Libro del Mormón?



Pero volvamos a este ser misericordioso y benevolente, creador del universo. Esta historia de Noé se convierte en perjudicial  cuando los seres humanos, como antaño, describían sus desgracias: derrumbes, tormentas, sequías, pérdida de familiares, muerte de niños por hambruna, una caída en el asfalto, una enfermedad incurable, etc. son causadas por ese Dios que, o está enojado o bien lo hace para poner a prueba tu temple y temperamento como una especie de oportunidad de mejora. Los mormones se sacan de la manga sus argumentos, son sencillamente geniales en esto. Si tienes una desgracia es “una prueba” de Dios para ver como reaccionas. La historia de Abraham demuestra esta gran falacia. Recordarán como Dios manda a matar a su hijo Isaac. 



Y este sujeto “obedece” a ese Dios lleno de una idolatría hacia la sangre como pocos, y se apresta a realizarlo. Desde chavo la historia me resulta una verdadera insensatez, por decirlo más tranquilo. Imagínense en la mente de los niños si pensaran que ese Dios les solicitara que lo sacrificaran solo para agradar a ese monstruo espiritual. Cuando escuché a mormones y cristianos diciendo que Abraham había alcanzado tal elevación espiritual, me sentí profundamente intrigado. ¿Se imaginan esta sarta de sandeces colocadas en la mente de niños? ¿Es Dios tan lleno de necesidad de afecto que debe poner esas “pruebas” solo para ver si le eres fiel? ¿Qué clase de moral enseñan las iglesias? Una muy importante para crear seres humanos más parecidos a las computadoras: creándoles un software unidireccional y abyecto. Y las consecuencias de ellos pueden derivarse por ejemplo en la exclusión de negros del sacerdocio como he reseñado en el primer Artículo del blog. ¿Qué le hacemos a la mente de los niños? Las pudrimos con ideas fanáticas y les cerramos sus razonamientos: “Obedece…obedece...obedece… que el gran Ojo de Dios te ve para que pases la prueba y seas salvo o seas maldecido por tu falta de fe. Pero claro, Dios te ha dado seres con poderes sobrenaturales para interpretar correctamente su palabra: pastores, sacerdotes, clérigos, obispos, papas, profetas, apóstoles quienes una y otra vez tratarán de enseñarte que “pensar por ti mismo” es nocivo. Te limitarán lecturas (pues es un peligro para sus bolsillos, digo para la fe).






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